Ala miopía progresiva, Luis Chitarroni siempre opuso lo que podemos llamar oído absoluto. La atención de un músico, pero más allá de lo sonoro, me refiero a la reverberación melódica del lenguaje, en la enunciación, el recitado. Y la valoración del silencio, la omisión, aquello que detiene la declamación, pero suscita ideas, derivas. Un truco para entendidos más allá del juego de palabras, también entre cómplices.